Algunos agricultores y ganaderos han optado por cultivar de forma equilibrada y respetuosa. Actúan y producen según los criterios de la Agricultura Ecológica. Adquiriendo productos con el sello de agricultura ecológica actuamos en defensa de los recursos naturales. Ayudamos a mantener la biodiversidad. Evitamos la contaminación del agua y del suelo. Consumimos alimentos sanos.
Consumamos productos provenientes de cultivos ecológicos. Exijamos estos productos en los establecimientos donde compremos. Pero, ¡ojo!, la presencia de los sellos oficiales en los envases es imprescindible para garantizar el origen.