
Proliferación de pistas. Monte de Torrero, Zaragoza. Febrero 18, 2012
Recientemente se ha suscitado la polémica sobre el impacto que causan las actividades deportivas y de aire libre en el medio ambiente a raíz de una propuesta de abrir diversas rutas senderistas y ciclistas, en montes que hasta ahora están vetados al público por ser terrenos militares, para disfrute de los ciudadanos y para la puesta en valor de esos territorios.
Mi posición ha sido contraria a abrir nuevas vías al uso público dado el perjucio que el paso de personas y vehículos ya causan en el medio actualmente. Creo que primero habría que abordar un debate sobre la capacidad de carga del entorno para soportar público, especialmente en medios abiertos y semiáridos del entorno de Zaragoza, y empezar a restringir y limitar el paso de personas y vehículos por determinados enclaves. Y, es más, plantear la restauración de determinadas zonas degradadas por el tránsito de personas y vehículos.

Monte de Torrero, Zaragoza. Febrero 18, 2012
En este artículo pretendo exponer uno de los problemas más graves que provoca el paso de personas y vehículos, como es la erosión y la destrucción del suelo y de la vegetación y el deterioro del paisaje que, curiosamente, se pretende disfrutar. Este problema, oculto, pero creciente, por la mayor demanda de actividades al aire libre, no deja de ser acuciante aunque no se hable de él. Y permanece oculto ya que parecería políticamente incorrecto plantear limitaciones al uso público de los caminos y recortar presuntos derechos de la gente a transitar libremente. Y ni los grupos ecologistas ni la administración quieren echarse al personal encima abriendo nuevos frentes y ni ésta sería capaz de ejercer un mínimo control. Pero el problema es real, existe, y cada cierto tiempo me plantean en privado algunas personas el porqué los ecologistas no decimos nada ante la degradación causada, no ya por automóviles y quads, sino por motos, ciclistas e incluso el trasiego de peatones.

Monte de Torrero, Zaragoza. Febrero 18, 2012
Yo planteo varias cosas. Que el paso y presencia humana no es neutral, causa un impacto, y ese impacto se multiplica cuando el paso es reiterado o se hace con vehículos. Que no existe tal derecho a transitar libremente por cualquier espacio y lugar y que, por tanto, debe haber restricciones y control. Que las organizaciones, si existen, de senderistas, ciclistas y moteros no hacen ninguna valoración crítica de su actividad ni se imponen autolimitaciones. Y que el impacto y el daño ya es muy grave en determinadas zonas.
Creo que ya existe legislación sobre el uso de caminos y por ello la Administración debería empezar a concienciar a la gente del impacto que causa su presencia en el medio y a aplicar la normativa.

Monte de Torrero, Zaragoza. Febrero 18, 2012
Las imágenes corresponden todas a la mañana del sábado 18 de febrero en el entorno del Cabezo de las Zorras, en el Monte de Torrero. Se puede observar el deterioro del paisaje por la apertura de pistas de fortuna, la erosión en el suelo y la nula intención del personal por pasar desapercibido e integrarse en el entorno.
Así que, antes de abrir nuevas vías de penetración, a ver si ponemos un poco de orden en las actuales.

Monte de Torrero, Zaragoza. Febrero 18, 2012