Se despide noviembre con unas generosas lluvias en el cuadrante nororiental de la Península Ibérica que han dejado una buena dosis de agua en el siempre sediento valle del Ebro. La causa ha sido la borrasca perfectamente situada en Levante que nos ha enviado la humedad mediterránea al interior.
Gracias a estas aguas se ha llenado la Balsa de Torrecilla de Valmadrid, como nos muestra Ismael.