MORTALIDAD DE FAUNA EN CARRETERAS (II)
7th agosto 2006 | Biodiversidad,Fauna
El pasado domingo Sekano y Barracuda se echaron al monte para sentir el palpitar de la naturaleza en pleno estío. El calor de semanas pasadas y el cierzo de estos últimos días han dejado las estepas del Ebro bajo mínimos.
Uno de los motivos que centraron nuestra atención fue la alta mortalidad de fauna detectada en la carretera A-122 que une Alagón con Rueda de Jalón, en la provincia de Zaragoza. En veinte kilómetros encontramos dos zorros (Vulpes vulpes), dos golondrinas (Hirundo rustica), una codorniz (Coturnix coturnix) y un verdecillo (Serinus serinus) atropellados. Todos los cadáveres bastante recientes.
La carretera discurre entre una zona de huertas y una zona de cortados de yesos. El cierzo era fuerte ese día. Ello puede explicar el atropello de golondrinas, por ejemplo, que en estas jornadas suelen volar muy bajas.
Codorniz común. A-122 (Zaragoza). Agosto, 2006
Zorro rojo. A-122 (Zaragoza). Agosto, 2006
El atropello de vertebrados en las vías de circulación es uno de los fenómenos más estudiados y se conocen numerosos tramos “negros” de las carreteras españolas. Las bajas se dan entre anfibios, reptiles, aves y mamíferos. Si bien suelen ser noticia los atropellos de especies emblemáticas y escasísimas como el lince ibérico –en Doñana han muerto así 17 ejemplares desde el año 2000- la mortalidad de pequeños vertebrados es muy elevada.
Los animales son atropellados al cruzar las carreteras. Los reptiles, también, al solearse en el asfalto negro; por la noche las víctimas son anfibios como los sapos, o bien especies de vida nocturna como chotacabras, lechuzas y liebres, que quedan deslumbrados.
Se sabe que esta mortalidad depende del nivel de tránsito de vehículos, de su velocidad, de la anchura de la vía, además de la calidad del entorno que atraviesa. Un informe de la Comisión Europea (COST 341) de diciembre 2002 sobre el impacto de las carreteras en España estimaba en 10 millones de ejemplares anuales los vertebrados víctimas de atropello en carreteras. En el caso de las aves, un factor que determina la frecuencia de los atropellos es si la carretera se dispone a ras del terreno; o bien va en trinchera, por debajo de la cota del terreno. En este caso la probabilidad de accidente es menor porque las trayectorias de vuelo pasan suficientemente elevadas respecto de la calzada.
La solución para evitar que los animales terrestres invadan las carreteras es construir dispositivos disuasorios que los canalicen hacia pasillos adecuados, tanto bajo la vía (pasos subterráneos, drenajes) como por encima (falsos túneles). Hay que considerar en estos casos que dichos pasillos han de ser atractivos para la fauna. Aunque existen estas soluciones rara vez se aplican de forma sistemática en España.