HERALDO YA CUESTIONA EL DRAGADO
27th julio 2008 | Expo2008,Política y Sociedad,Ríos
Editorial. Heraldo, 26 de julio, 2008
Ayer sábado veintiséis de julio, los periódicos eran una joya. Bueno, llevan muchos meses dejando constancia de la esquizofrenia que supone la Expo.
En concreto, Heraldo de Aragón dedicaba dos páginas (pg. 2 y 3) a la polémica del dragado, con opiniones a favor y en contra del mismo. Además el editorial -que copio abajo-, cuestionaba ya el sistema de navegación aprovechando una sorprendente moción municipal en el mismo sentido. Este arrebato de sentido común podía habérseles ocurrido antes.
ADAPTAR la navegabilidad del Ebro a su paso por la ciudad de Zaragoza a las condiciones del río es lo que reclama la moción aprobada ayer en el pleno municipal por los grupos del PSOE, PP, CHA e IU. Aunque parezca una perogrullada, ya que se supone que las cosas no podrían haberse hecho de otra manera, el hecho es que la votación de ayer refleja la preocupación generada por un proyecto tan atractivo como complejo y controvertido. La moción, presentada por CHA, pretendía también instar al Ejecutivo municipal a que se opusiera al recrecimiento del pantano de Yesa «a cualquier cota», pero este punto fue rechazado por los grupos, que se centraron en apoyar, con la excepción del PAR, lo referido a la navegabilidad por el tramo urbano del río. Con el preludio del rebaje de la solera de un arco del Puente de Piedra, el sueño de convertir al Ebro en émulo del Guadalquivir o del Sena ha topado con la idiosincrasia del río, sin que quepa decir, en descargo de los promotores del proyecto, que no recibieron los pertinentes avisos. Después de que la sociedad pública Expoagua extrajera a finales de 2007 unos 8.500 metros cúbicos de gravas en tres puntos del río -frente al embarcadero de la Expo, a la altura del Club Natación Helios y aguas abajo del Puente de Santiago-, con una inversión de 382.000 euros, ha sido preciso realizar nuevos dragados en 2008, que no han evitado las dificultades de navegación. Así las cosas, el replanteamiento del proyecto parece cuestión no solo de sensibilidad medioambiental y de rigor gestor, sino de sentido común.