Rocío sobre equiseto. Monzalbarba, Zaragoza; mayo de 2006.
El descenso de la temperatura por la noche hace que la humedad se condense en aristas y vértices. El observador que madruga puede gozar de la belleza efímera que encierran las gotas de rocío sobre la hierba, en este caso los tallos de equiseto, antes de que el sol aparezca sobre el horizonte y torne a vaporizarlas.
Las fotografías están tomadas esta misma mañana en los equisetos que jalonan el camino de Monzalbarba a Zaragoza. Dejo paso, así, a la naturaleza, a la vida, a la belleza y a la serenidad. Queda para otro día criticar a los que quieren arrebatárnoslas.
coma tallos con rocío,
cuando la niebla del río
empañe el muro del viento
cuando el verano violento,
ponga el llano carmesí
y la escarcha deje en mí
alfileres de lucero,
te digo, porque te quiero,
que me moriré por ti
Federico García Lorca
(Doña Rosita la Soltera)
Rocío sobre equiseto. Monzalbarba, Zaragoza; mayo de 2006.