Frutos del sisallo. Zaragoza, septiembre 2005.
Este artículo va dedicado específicamente a aquellos que llegan a Barracuda buscando al sisallo -los contadores internos no mienten- porque es nombrado en varias páginas referidas a la vegetación del Valle del Ebro o a la vegetación esteparia, pero no salen imágenes ni se habla específicamente de esta interesante planta. Esta vez sí trataremos aquí del sisallo, nombre popular de Salsola vermiculata.
Es una planta de la familia de las Quenopodiáceas (Chenopodiaceae). Forma parte de las comunidades de matorrales nitrófilos o halonitrófilos, es decir, que se asientan sobre los suelos ricos en nitrógeno y sales debido a los excrementos del ganado o a los cultivos. Por eso se pueden ver los sisallos en ribazos, parideras, zonas de paso de ganados y zonas humanizadas en general, en comarcas cálidas y con cierta aridez. Sus formaciones se llaman sisallares y son típicas de las zonas esteparias. Es una especie abundante en el Valle del Ebro.
Paisaje dominado por sisallos en ribazos y zonas pastoreadas
Se desarrolla como arbusto, muy ramificado, de un metro de altura. Las hojas son diminutas y carnosas. Florece en pleno verano y produce unos curiosos frutos alados en otoño. Es pastado por las ovejas, las cuales a su vez ayudan a diseminarlo. Es un excelente forraje en las comarcas secas para las ovejas que paren durante la otoñada y existen diversos autores que propugnan su uso en una ganadería integrada en el ecosistema y respetuosa con los recursos naturales.
Detalle de hojas en tallos jóvenes. Primavera, 2006
El profesor Pedro Montserrat ha divulgado el valor del sisallo como planta de interés ecológico-paisajístico, especialmente en Los Monegros. Se trata de una planta muy resistente a la insolación, al calor y a los periodos de sequía temporal y que soporta bien suelos donde se acumulan nitratos y sales. Ello lo consigue gracias a unas particulares adaptaciones fisiológicas, especialmente en lo que se refiere al control de la fotorrespiración.
Flores del sisallo. Zaragoza, julio, 2007
La fotorrespiración es un complejo proceso dependiente de la luz en el que las plantas consumen oxígeno (O2) y producen dióxido de carbono (CO2). Es decir, que es un proceso negativo para el balance de CO2 de las plantas. Es por ello que deben tender a minimizarlo. Pues bien, en condiciones de mucha luminosidad, como es propio del Valle del Ebro, es crucial reducir la fotorrespiración. Salsola vermiculata y, en general, las Quenopodiáceas lo consiguen de forma eficaz a pesar del exceso de luz que existe en el ambiente estepario donde viven.
Aspecto otoñal de la planta con frutos
HYCKA MAURINIAK, M (1959) Los pastizales de Los Monegros y su mejora. Anales del I. Botánico A. J. Cavanilles
MONTSERRAT RECODER, P. (1998) El sisallo. Naturaleza Aragonesa, 2.
PEDROCCHI RENAULT, C. (1998) Ecología de Los Monegros.