Aragón Digital, 30 de julio de 2007
El proyecto del Ayuntamiento de Zaragoza de dragar el Ebro -y que pretende ejecutar Expoagua- ha sido criticado por los grupos ecologistas, pero antes por los científicos. ¿Por qué son tan criticados los dragados?
Dragar un río supone extraer las gravas y los materiales de su cauce. Pero esta intervención se ha demostrado que es perjudicial e inútil.
En primer lugar porque meter máquinas en el lecho del río y extraer las gravas del fondo implica destrucción de la flora y fauna y alteración de las comunidades biológicas del fondo. Además, con las obras se remueven sedimentos deteriorando la calidad del agua en varios kilómetros aguas abajo.
Pero es que los dragados se han demostrado inútiles ya que el río, en sus avenidas vuelve a rellenar los huecos, con lo que se hace necesario volver a dragar, originándose un círculo vicioso inacabable pero muy costoso económicamente.
Dragar un río es someterlo a una de las peores agresiones que se le pueden causar. Es una técnica anacrónica y brutal. Sólo justificada en casos muy puntuales en los que exista riesgo para la seguridad de las personas. Por eso está totalmente injustificado el dragado para que circulen unos barcos recreativos durante unos pocos días al año.
Heraldo de Aragón, 27 de julio de 2007