Restos del nido tras el vendaval. Zaragoza
La pareja de cigüeñas blancas a la que vengo haciendo seguimiento desde abril del pasado año, momento en que construyeron su primer nido, ha sufrido este año las consecuencias de la meteorología adversa, que ha hecho fracasar la crianza que llevaban con mejor éxito esta primavera. El caso es que los fuertes vientos de los días 15 y 16 de abril hicieron caer el nido, perdiéndose el contenido.
Restos de los huevos
El lunes 16 de abril observé que faltaba la plataforma de palos que constituía el nido y no se veía a ningún adulto por las inmediaciones. Inspeccioné -con nerviosismo, porque sabía que al menos tenían un pollo- las inmediaciones de la torre eléctrica y sólo localicé dos huevos rotos en la acequia que pasa al pie. Di varias vueltas por ver si detectaba algún movimiento del pollo en el suelo o entre la vegetación pero me fue imposible localizarlo a él y al amasijo de palos que suponía había caído.
Restos del nido caído
No debí mirar en la dirección adecuada y no fue hasta el día siguiente cuando localicé el nido caído, momento en el que, ya con la cámara, realicé las fotografías. Pero entre el contenido del nido no había restos de ningún pollo, por lo que he de suponer que fue depredado.
A pesar del contratiempo, la pareja ha vuelto a la torre y ha recompuesto el nido de nuevo y ya se ve a alguno de ellos echado en él ocasionalmete. Es de suponer que es demasiado tarde para un nuevo intento de cría.
Nuevo nido construido por 3ª vez
De lo observado se puede deducir que los huevos eran inviables pues su contenido no presentaba embriones en formación. Lo que no he llegado a saber es si los pollos que se perdieron eran uno o más.