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Las autoridades sanitarias y los productores de frutas y hortalizas nos recomiendan que consumamos frutas y verduras, que son buenas para la salud. Pero no nos cuentan cómo envenenan nuestros alimentos. Esta vez ha sido un plaguicida no autorizado el que se ha detectado en pimientos de los invernaderos de El Ejido (Almería). Así que podemos imaginar lo que ocurrirá con los pesticidas autorizados. Se me pone mal cuerpo de pensarlo.
Por eso ruego encarecidamente que la gente empiece a demandar productos ecológicos a precios asequibles. Y a las autoridades sanitarias les recomendaría que obligaran a que figuren en las etiquetas de los productos los tratamientos químicos a los que han sido sometidos los alimentos.
En un curso que hice de agricultura, visitando una plantación de lechugas en la huerta de Zaragoza el agricultor nos comentaba que sus lechugas necesitarían siete tratamientos (con biocidas). Uno por semana. Esto es terrorífico. Yo, que nunca he tratado a las lechugas en mi huerto, puedo asegurar que crecen igual. Y te las comes con tranquilidad, sin envenenarte.
Considero este asunto una prioridad ambiental.